Le apasiona el fútbol. Sobre todo, como espectador. El equipo de sus amores es el Real Madrid, pero José disfruta con los grandes jugadores. Por eso admira a Leo Messi (aunque sea del Barcelona) y a todos los que aportan algo especial en los terrenos de juego. “En el estadio Santiago Bernabéu se sienten los partidos de manera especial, pero yo casi prefiero verlos en casa o en el bar. Demasiado ruido en el campo. No termino de estar tranquilo”, explica José.
Nunca le interesó demasiado la práctica del deporte. En este sentido, los audífonos no frenaron sus ansias de juego, pero sí influyeron en sus costumbres: “Me divertía más con otro tipo de juegos, menos físicos. Cuando me pusieron los audífonos me di cuenta de que a partir de ese momento iba a estar limitado. Yo mismo evitaba la acción. En cualquier caso, puedo decir que viví mi infancia de manera satisfactoria”.
Su trabajo en el bar no le permite disfrutar de los fines de semana fuera del local, porque es cuando se produce la mayor afluencia de clientes. “Librar entre semana -dice- te aleja un tanto de la vida social con los amigos. Pero yo lo aprovecho para ir al cine o pasear. Normalmente puedo oír bien y no pierdo el hilo de las películas, aunque en alguna ocasión el audífono ha fallado precisamente a la mitad del filme. Bueno, son gajes del oficio. En casa, cuando veo algún programa en televisión no necesito activar la opción del subtitulado. En el bar no me entero muy bien cuando hay mucha gente, pero estoy trabajando. No tengo por qué enterarme de todo”.