Son estos tiempos modernos de los que ya hablaba Charles Chaplin los que nos llevan deprisa, deprisa, tal vez a ninguna parte. El trabajo, el estilo de vida y nuestras actividades de ocio figuran entre los grandes peligros que pueden ocasionar pérdida de audición.
El trabajo
El llamado ruido ocupacional provoca en los trabajadores más expuestos hasta cinco veces más riesgos de padecer problemas auditivos y tinnitus. Pero hay profesiones que se llevan la palma, como el personal que trabaja en un aeropuerto en el control de tierra: el ruido de los aviones al despegar y aterrizar puede llegar a 140 dB. Otros empleos de riesgo por el uso de maquinaria pesada e instrumentos eléctricos son los mineros, los obreros de la construcción y los carpinteros. Y una ocupación en la que nunca pensamos y para los que tener y mantener una buena audición es fundamental, los músicos.
Estilo de vida
Los hábitos sociales y el estilo de vida inciden en la capacidad de oír. Por ejemplo, el sobrepeso en un adulto limita la escucha de sonidos de altas frecuencias. Pero hay otras malas costumbres, poco saludables, que influyen: el consumo de tabaco y alcohol. Según un estudio, los fumadores habituales presentan un 15% más riesgo de padecer pérdida de audición que los no fumadores.
Ocio
Las actividades que realizamos en nuestro tiempo libre también pueden ocasionar daños en la capacidad auditiva. De ellas, la música que atrona en los gimnasios llega a niveles de ruido entre 100 y 115 dB. En este sentido las clases de “spinning” son las que presentan más riesgo.