La asistencia al gimnasio puede tener efectos contraproducentes para la salud. Por eso hay que elegir con exquisito cuidado, porque la música en estos locales puede alcanzar los 100 decibelios (db) e incluso superar los 115 dB. Las clases de spinning son las que más riesgo presentan, según revelan distintos estudios.
La práctica de spinning o de zumba con la música a todo trapo se relaciona con el nivel de las pulsaciones. El objetivo es que el ritmo favorezca la motivación, pero la exposición a este “ruido” daña la capacidad auditiva. El canal televisivo neoyorquino PIX11 ha realizado una investigación para medir los niveles en cuatro gimnasios estadounidenses. Los resultados son para tener cuidado: en los locales analizados se ponía la música a nivel constante de 100 dB en adelante, pero durante las clases llegaban a los 115 dB.
Un estudio de la Universidad George Mason en Virginia (Estados Unidos) ya avisaba que los niveles durante las clases de spinning en los gimnasios oscilan entre los 100 y los 110 dB.