¡La Navidad ya está aquí! Se anuncia, como cada año, con un sinfín de publicidad y promociones que, ligado a un afán de consumismo masivo adquirido con los años, llenan a los ciudadanos de planes de compras, además de poblar sus estómagos de langostinos y turrones.
Lo extraño se desprende de la facilidad con la que las compañías se olvidan de las personas con deficiencia auditiva en los días donde la prosperidad y los buenos deseos son los reyes de la interacción humana. Así pues, exceptuando contados casos ajenos a colectivo de la discapacidad y las instituciones públicas (Campofrío y Carrefour, entre las muy pocas que hay), no existe prácticamente ningún anuncio televisivo que cuente con subtítulos para personas sordas.
Y yo me pregunto, mientras hago zapping embobada frente a la televisión buscando publicidad accesible, ¿acaso no somos las personas sordas o con deficiencia auditiva parte del grupo de consumidores potenciales o posibles consumidores? ¿Acaso las empresas no quieren incrementar sus beneficios? Quizás es por eso por lo que yo no sé que cambiar de fabricante habitual me puede reportar ventajas de ahorro y funcionalidad, ya que no recibo esa nueva información por parte de los anunciantes. Lo que sí sé es que Campofrío tiene unas nuevas pizzas precocinadas que vienen con una salsa incluida que se vierte. Lo sé gracias a la página 888 del Teletexto que subtitula el anuncio cada vez que éste está activado. Lo sé porque Campofrío decidió iniciarse en la accesibilidad de sus contenidos publicitarios en febrero de este año que despedimos y ha continuado haciéndolo con otros productos, de cuya promoción me he enterado.
También Carrefour me contó, desde julio de 2008 y de forma personalizada, cuáles eran sus promociones más recientes mediante este sistema que, aunque podría mejorarse incrustando por completo el subtítulado dentro de la imagen (tal y como hacen los ministerios, Fundación ONCE y otras instituciones relacionadas con el colectivo) y así no tener que acceder mediante la página 888 del Teletexto.
No obstante, en cuanto a accesibilidad televisiva para personas con discapacidad auditiva refiere, algo me dice que mis deseos de prosperidad para el 2010 vendrán acompañados, además de por turrones y langostinos comprados en Carrefour, por la ansía de la total implantación de la Televisión Digital Terrestre y su completa implicación en la accesibilidad a los contenidos audiovisuales porque, ¿qué mejor garantía de rentabilidad de la inversión en publicidad hay que asegurarse que llegue a todo tipo de público?
Muy bien por carrefour, pero en cuestión de anuncios , para lo que hay que oir , muchos estamos encantados de que la fiebre consumista navideña no se subtitule.
Ahí el derecho es más de las empresas, a ganarse un colectivo más, que de los deficientes auditivos a «escucharles».
eso,eso, los sordos no queremos discriminación. queremos que la publicidad sea tan molesta para nosotros como para el resto de la gente!
Me parece muy bien lo de subtitular la publicidad por televisión. Pero yo no suelo ver mucho los anuncios ya que suelo evitar haciendo «zapping» con el mando… Además, me entero por otros medios como la prensa escrita o por folletos que llegan a mi buzón. También por Internet, por eso no tengo problemas a la hora de comprar.