Las personas que se enfrentan a un ruido de tráfico constante tienen mayor peligro de sufrir una depresión, según una reciente investigación. El riesgo es un 25% mayor para las personas que habitan en zonas con mucho tráfico, aunque incide especialmente en aquellas con pocos ingresos, sin trabajo, sin estudios terminados, fumadores e insomnes.
Son las conclusiones del Centro de Epidemiología del Hospital Universitario de Essen (Alemania). Argumenta el estudio que el ruido persistente contribuye a la depresión, no se puede decir que la provoque. Recomienda además luchar contra el ruido con tapones para los oídos.
Ester Orban dirigió un equipo que recopiló datos de más de 3.000 personas, con edades entre 45 a 75. Los participantes del estudio fueron seguidos durante un promedio de cinco años. Sobre este asunto, Simon Rego, del Albert Einstein College de Medicina de Nueva York, sugiere que los ayuntamientos deben trabajar en la mejora de la planificación urbana para limitar el ruido del tráfico.