¿Qué sucedería sí, en un desencuentro con la salud, uno tuviera dificultades para comunicarse con alguien a quien pide ayuda? Si, por ejemplo, tropezásemos por la calle al buscar, ansiosos, una calle. Si en vez de preguntar a alguien, por miedo a no entenderlos, nos saturásemos buscando un letrero que no está escrito y cayésemos de cabeza contra el pavimento, ¿qué pasaría? ¿cómo relacionarnos con la mujer simpática que espera al autobús y nos ofrece su ayuda, o con el hombre amable que nos da un pañuelo de papel para la sangre?
Qué pasaría, insisto, si durante la caída, aunque nos hayamos prevenido poniéndonos las manos en las orejas, salieran disparados los implantes, los audífonos y toda la tecnología que nos engancha al mundo de la comunicación. Cómo acceder al mundo sonoro cuando, quién sabe, uno no acierta a estar bien y no puede concentrarse en comunicarse correctamente.
No es una situación especialmente frecuente. De hecho, es un momento espontáneo en lo cotidiano de cada uno, y es un agravante del estrés en el que vivimos. Es un “quiero y no puedo”, un instante en que, si pudieras, cogerías el teléfono móvil para llamar al 112 y le darías indicaciones.
Sin embargo, esa lesión tonta (o a veces no tan tonta) significa una desconexión con el resto del mundo y, por ende, un grito desesperado ante la imposibilidad de integración de las personas con discapacidad auditiva.
Aunque en algunas comunidades autónomas ya se están implantando algunos sistemas de aviso de emergencias por SMS, no en toda situación de auxilio se está lo suficientemente bien como para escribirlo y se requiere el buen hacer de otra persona, que buscará en el listín de teléfonos del móvil de la persona con deficiencia auditiva en situación de emergencia y acertará a entender que éste tiene dos o más personas con la indicación de ICE delante y ordenados según preferencia.
Los Servicios de Emergencia del 112 han dado respuesta a la dificultad de comunicación entre la persona con deficiencias auditivas auxiliada y el médico que le atiende, por lo que aconsejan tener en la agenda de teléfonos dos o más personas asignadas con las iniciales de In Case of Emergency (ICE) para poder contactar con los familiares del paciente.
Así, en caso de emergencia, los facultativos pueden dar una respuesta médica y rápida a la familia. Una forma fácil y, sobre todo rápida, de conocer al paciente y sus necesidades, a través de quien más le conoce a él: su familia.
Por eso, cuando el pavimento se volvió inevitable, cuando la simpática señora intento levantarme, cuando el amable hombre me dio un kleenex para la sangre que brotaba de mi cabeza, y no encontraba mis prótesis, no me preocupé más que de recuperarme, alegrándome de tener a mi pareja y mi hermano con el ICE 1 y ICE 2, respectivamente, cuando los servicios sanitarios acudieron en mi ayuda.
Recientemente he sido testigo de una interesante noticia, al menos de un gran paso adelante, para la comunicación sin barreras dentro de un hospital.
A través de una amiga mía que trabaja de intérprete en un hospital, me envió la noticia de un artículo sobre un nuevo aparato de vídeo-conferencia, al que los pacientes signantes en lengua de signos americana pueden acceder, si necesitan llamar a un familiar o amigo oyente, mientras que están en el hospital. La vídeoconferencia conecta con un intérprete para que se puedan comunicarse entre ellos. El servicio es gratuito y novedoso. De momento este servicio está disponible en el hospital de Boston.
Me gustaría que esta noticia también llegase a manos de otros hospitales de España y también a la comunidad de Madrid, por ejemplo, para que puedan llevar a cabo esta iniciativa.
Por lo que veo en la foto del anuncio, las imágenes son muy nítidas, sin borrones ni desenfocos, con lo que perfectamente se podría mantener una conversación fluida.
Esto sí sería igualar la comunicación en un hospital de un paciente oyente con sus familiares, como el de una persona sorda o con deficiencia auditiva con sus familiares y amigos, y poder hablar con ellos sobre el proceso de su estado, informar sobre lo que le acaba de decir el médico, lo que necesita, etc.
Haremos que esta novedad también cuente para España.