La música y su ritmo. Es más que una afición. Iván Navarro Ruiz, a sus 14 años, siente una gran pasión por el baile, hasta el punto de que le gustaría ser un bailarín profesional. Iván nació con sordera bilateral. Al año y medio de edad se le implantó su primer implante coclear.
Bailaba delante de la tele, imitando lo que veía, aunque no oía nada, con solamente un año de edad. Así lo relata su madre a Servimedia. Sus profesores dicen que Iván tiene cualidades técnicas. La familia siempre ha sido su apoyo. Con 18 meses le realizaron un implante coclear en el oído derecho. Tres años después otro en el oído izquierdo. Y mucho trabajo y constancia desde entonces.
Ahora cursa ESO en el colegio concertado de integración de niños sordos Sagrada Familia de Valencia, un centro que cuenta con logopeda y profesor de apoyo para alumnos con discapacidad auditiva. En las aulas y en el patio Iván es uno más. Pero en las pistas de baile es un fenómeno con una gran carrera por delante.