La música, desde el rock a la clásica, alimenta el espíritu. Hagamos la prueba de imaginarnos el mundo sin esa maravilla que relaja y anima, que enciende el tono y sosiega volcanes. Pero tiene a su vez un lado oscuro. Hay que saber disfrutar de ella, a un volumen adecuado para que no dañe nuestra salud.
Los peligros de sufrir alguna discapacidad auditiva se multiplican en el caso de los profesionales de la música. Rockeros o baladistas se enfrentan a conciertos donde los niveles de ruido sobrepasan con creces los 85 decibelios. De hecho, la Justicia española ha reconocido los problemas auditivos como enfermedad profesional para estos artistas. Ahora le toca el turno a Luis Miguel. Los problemas auditivos del cantante mexicano le han obligado a cancelar algunos compromisos.
En el entorno del artista se comenta que la enfermedad está haciendo mella en su día a día, pero está siendo tratado por un especialista. A principios de este año se le diagnosticó Tinnitus. Luis Miguel ha postergado conciertos y giras, e incluso ha llegado a retirarse en mitad de algunos recitales.
El cantante ha tenido que salir al paso de los innumerables comentarios y en un comunicado de prensa ha informado que los médicos le aconsejan que posponga sus compromisos.
El caso de Luis Miguel salta a la luz pocos meses después de que se conociera que el cantante de AC/DC, Brian Johnson, podría quedarse sordo. Este fue el motivo por el que el grupo australiano tuvo que modificar las fechas de sus giras y buscar un sustituto.
No son los únicos. Otros como Pete Townshend, Eric Clapton, Ozzy Osbourne, Grimes, Phil Collins o Chris Martin han sufrido pérdida auditiva por su sobreexposición al ruido.
Pero el ruido nos ataca a todos. Hay que ser conscientes de ello. La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) explica que una tercera parte de la humanidad y un 75% de los habitantes de ciudades industrializadas tienen algún grado de pérdida auditiva provocada por exposición a sonidos de alta intensidad.