Dura poco la alegría en casa del pobre. Estos días A. se aplica el refrán porque lleva una temporada que se siente reguleras. La música y la literatura le salvan con frecuencia, pero a veces cuesta levantar el ánimo. No cree en las tribus. Sus amigos pertenecen al mundo de la farándula y los versos. Y se siente uno más, pero no puede olvidar que no oye bien, que necesita los audífonos para integrarse con cierta normalidad.
Es un ávido lector. Está al tanto de las novedades editoriales y musicales, pero también de la última hora. Interesado por el arte, se mostró especialmente curioso con las noticias sobre Goya, el pintor sordo, el gran artista. Según los últimos estudios, el autor de las pinturas negras pudo sufrir una enfermedad autoinmune conocida como síndrome de Susac, que se caracteriza por alucinaciones, parálisis y pérdida de la audición. Y recuerda que de Goya se dice que su sordera influyó poderosamente en su creación.
Sonríe inquieto ante la revelación. Le viene a la cabeza su peripecia vital, de otorrino en otorrino. Ha sido finalmente su endocrina quien ha dado con el origen de su pérdida auditiva. No se considera un superhéroe precisamente, porque en su caso la mutación de las mitocondrias ha afectado a su nervio auditivo y provocado diabetes.
La diabetes y sordera mitocondrial (MIDD, por sus siglas en inglés) se caracteriza por sordera neurosensorial y diabetes en el adulto. Por regla general, la MIDD tiene que ver con la mutación puntual A3243G en el gen mitocondrial MT-TL1, aunque también existen casos de mutaciones puntuales en los genes mitocondriales MT-TE y MT-TK. No le gusta andar de médicos, pero no le queda otra. Vendrán días mejores. No tiene ninguna duda al respecto.