Fue por la rubeola
Lydia vino al mundo en Madrid. Era una niña muy deseada, la segunda de tres hermanas. Cuando su madre estaba embarazada de ella padeció la rubeola. Eran tiempos en los que no se controlaba tanto como ahora la vacunación. Nació con hipoacusia bilateral y cataratas en un ojo. Ni los médicos ni la familia sospecharon…